Es normal que el CNI investigara a los golpistas, lo anormal es que Sánchez se echara en sus brazos
Pedro Sánchez necesita a los golpistas de ERC y es capaz de abrir en canal el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) -purgarlo, para entendernos- para satisfacer a los separatistas catalanes por el supuesto espionaje llevado a cabo por los servicios secretos. Lo que pretende Pedro Sánchez es dinamitar un organismo clave en la defensa y seguridad nacional para compensar a los enemigos de España. Vamos a ver: que el CNI investigara, mediante la herramienta informática Pegasus, al separatismo catalán no sólo es lógico, sino necesario. Estamos hablando de una gente que pretendía subvertir el orden constitucional y, dentro de este contexto, la obligación de los servicios de inteligencia es establecer los mecanismos de defensa necesarios para evitar el golpe de Estado. El problema no está en el CNI, sino en el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez que se ha echado en brazos de quienes representan una amenaza para los intereses nacionales. Lo anormal no es que el CNI investigara al separatismo, sino que Sánchez gobierne gracias al separatismo. Eso es lo que resulta verdaderamente asombroso: que Sánchez uniera su futuro político al de un grupo de golpistas.
Si la solución que ahora ofrece Sánchez a la crisis política desatada tras la amenaza separatista de romper con el Gobierno es desmantelar el CNI, lo que hará el presidente del Gobierno es entregar a los sediciosos una pieza clave en la defensa nacional, que es tanto como dar ventaja al independentismo para que siga poniendo en jaque al Estado. Eso tiene un nombre: traición. Con tal de seguir en La Moncloa, el presidente del Gobierno es capaz de todo: de indultar a quienes atentaron contra el orden constitucional, de ofrecerles el oro y el moro y de abrir en canal el Centro Nacional de Inteligencia para satisfacer las ansias de venganza de los enemigos declarados de España. Es lo que tiene gobernar con golpistas y proetarras.
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